miércoles, 17 de septiembre de 2008

El dinero y los amigos


Parece que se ha enfadado un poco un tal Alberto González conmigo estos días. ¿ Qué quien es Alberto González os preguntaréis los menos futboleros?. Pues básicamente un señor con mucha "pasta" que libremente ha decidido invertirlo en una Sociedad Anónima llamada Real Oviedo.


Para desesperación de sus aficionados y aficionadas, la ha venido gastando entre otras cosas en contratar entrenadores famosos, autocares de lujo y concentraciones caribeñas ¿ el resultado?, que el Real Oviedo sigue en tercera, que eso no genera ingresos y que ahora precisamos de fondos públicos para salir adelante. Puestas así las cosas, le ha propuesto al Alcalde de esta ciudad un pacto: el Alcalde pone la "pasta" de nuestros impuestos y él le lava su maltrecha imagen anti-oviedista, limpia las hemerotecas de todas las ofensas lanzadas en 2003 y de paso ambos dos juntos y revueltos se autoproclaman salvadores de la patria azul y mezclando intereses públicos y privados, declaramos enemigos sagrados del oviedismo a aquellos que se atrevan no ya a oponerse, sino a preguntar siquiera.


Tengo algún pero, señor González. Verá, no es ni siqueira necesario recordarles dónde estaba tan generoso tándem cuando de lo que se trataba era de coger la carretilla y el carnet de socio, ni tampoco voy a abundar en la obvia realidad de una gestión conjunta que ya acabó con el balomano en la ciudad. Sólo le digo que si cada ciudadano de Oviedo tiene que poner nada menos que tres millones de euros en este momento ( más el millón de euros públicos invertidos en acciones) al menos, tendremos derecho a preguntar en concepto de que, para que y en que se va a invertir, tendremos derecho cuando menos a exigir un control mínimo de ese dinero, al mismo nivel que se exige a cualquier asociación de esta ciudad por cantidades bastante inferiores.


Es decir, tendremos derecho a preguntar si esa cantidad de dinero que les hemos quitado a las bibliotecarias de la ciudad, a los profesionales de Radio Vetusta o al presupuesto cultural de Oviedo es para el Real Oviedo o para usted. ¿ Es para seguir jugando a poner y quitar entrenadores o es para promover el fútbol base y la imagen de la ciudad?.


¿ Qué significa que el Ayuntamiento de esta ciudad compre las marcas del Real Oviedo y las calcule en tres millones de euros por arte de magia?. Eso es básicamente lo que yo pregunté y a usted tanto le molestó.


Desde luego es muy libre de invertir el dinero de su bolsillo en el Real Oviedo e incluso de no invertirlo. De buscar socios que le ayuden ( con el dinero de su bolsillo), pero ni es libre de usar el dinero de todos como crea conveniente, ni mucho menos le vamos a perdonar que convierta usted el club más importante de esta ciudad en una especie de campo de minas político, que desde luego, no hará a la gente ni olvidar su gestión, ni olvidar la historia de hace 5 años.


¿ Se imagina lo que hubiera sido del Real Oviedo si el actual Alcalde hubiera podido disponer en 2003 de esas marcas que hoy ha comprado con el dinero de todos?. Que ya no existiría.


Los oviedistas le debemos poco señor González, al Alcalde, en cambio, mucho. Sin su torpeza hace 5 años, nunca nos hubiéramos sentido tan orgullosos de ser del Real Oviedo

lunes, 1 de septiembre de 2008

Radio Vetusta


De un plumazo, en pleno mes de agosto y sin demasiados miramientos, el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Oviedo ha cerrado desde hoy Radio Vetusta, después de 13 años ininterrumpidos de emisión a razón de unas 8.000 horas al año de producción propia.


Conozco bien el tipo de relación que se produce entre un comunicador de radio y un oyente. Yo he sido siempre muy de radio y más allá de la información, el entretenimiento y los valores, la voz de la radio se convierte para muchos de nosotros en una especie de ventana con salida al mundo exterior y al interior. Es la voz que te invita a interiorizar lo que está sucediendo y que sitúa los sucesos en tu propia vida interior.Ningún otro medio tiene tanta fuerza para eso. Yo- que era demasiado niño en la transición y no había nacido cuando emitía radio pirenaica- también recuerdo muchos momentos memorables de la radio. Recuerdo sin ir más lejos aquel 11 M y sobre todo el 12 y el 13. Hubo un momento en que había dos realidades: las que emanaban de mi móvil y de una emisora de radio y las de Urdacci y compañía. Pero recuerdo siempre a la radio conmigo, en los largos días de enfermedad, en los desconsuelos, en las alegrías, en los domingos de fútbol, en las noches de insomnio y Ovnis . La radio parecía ir contigo a cualquier sitio. No hay que sentarse a escuchar la radio. La radio se escucha sola, entra sola.


He recordado todo estos en los últimos días, cuando escuchaba las últimas y tristes emisiones de Radio Vetusta y las protestas de sus oyentes. Pocos o muchos, yo no se cuantos son - el Equipo de Gobierno tampoco, por cierto- pero lo que si se es que nadie pensó en ellos, lo que si se es que quien ordenó y de esta forma el cierre- el Alcalde- sólo pensó en minimizar el coste electoral, ni siquiera el económico.


Podría ahondar más en el caso concreto de Radio Vetusta. En lo que significa en realidad una emisora municipal. En todas esas asociaciones y organizaciones que encontraron la voz en sus estudios o en los profesionales que se formaron en sus talleres, pero ya lo hice en otro sitio. Hoy sólo quería hablar de lo que significa un oyente, aunque sólo sea uno y en lo que significa una radio, aunque tenga pocos oyentes.


Y sí, es verdad, lo adelanto para quien quiera saberlo. Había muchas cosas de su línea editorial que yo no compartía y conozco mucha gente que tampoco las compartía, aunque también debo decir que no conozco a nadie que haya pasado por sus estudios o micrófonos - y por supuesto me incluyo- que no se haya sentido exquisitamente bien tratado. Tal vez por eso la cierran, porque los modos de los que cierran no estaban en línea con los que emitían.


Aunque sólo sea por todo eso, creo que los oyentes de Radio Vetusta bien merecen una despedida en condiciones, algo que supere la letanía de una triste Comisión Plenaria de un 26 de agosto de 2008