domingo, 10 de febrero de 2008

La política y los héroes


Se creía Berlusconi, que su campaña iba a ser un paseo militar. Aquella macroizquierda que forjó Prodi murió en el mismo lugar en el que nació: el parlamento.Volvía el Inmortal.

Hasta que apareció Veltroni. Un tipo que no habla de dialécticas simples, sino de problemas reales, que no quiere acuerdos parlamentarios, quiere cambiar Italia.Berlusconi ya sabe que no le espera un paseo militar.

Se crearía Hillary Clinton que había llegado su tiempo. Jamás el partido republicano había caído tan bajo, jamás lo tuvieron tan fácil los demócratas , ¿ qué otra cosa une mejor demócratas con victoria electoral que el apellido Clinton?. Apareció Obama, diciendo que es nuestro tiempo y prometiendo que todos los ciudadanos tendrán la misma protección social que él mismo. Un tipo que no quiere ser un burócrata de Washington, sino acabar con los burócratas de Washington.

En aquel tiempo de la palabra recia, de la firmeza exagerada y de la exaltación patriótica de España, apareció un muchacho cargado con una sonrisa que anteponía el diálogo a la rectitud. Un tipo que se atrevía a jugar con su propio apellido, ZP.

Antes se decía que en política quien resiste gana. Los tiempos han cambiado. Hoy los resistentes del sistema pierden. Quien no sueña no gana. El mensaje, en todas partes empieza por ser atrevido y termina llamándose cambio.Es falso que lo creible es lo que se parece a nosotros. Nosotros, en todas partes de nuestro globalizado espacio, somos más bien escépticos, cada vez menos definidos políticamente y comúnmente pesimistas sobre las posibilidades de que algo cambie a corto plazo.

Por eso queremos votar optimismo, por eso y porque el optimismo está alejado de lo que creemos lenguaje político. Por eso queremos votar cambio, por eso y porque sabemos que no habrá más cambios que los que nosotros provoquemos. Por eso queremos votar sonrisas, porque es demasiado dramática ya, la mera decisión de votar. Me parece un bello gesto y un gran acierto convertir en mensaje la bella poesía de Mario Benedetti en defensa de la alegría. Si la leeis con atención no hay un poema más ideológico de este tiempo.

Tal vez un día Oviedo me soprenda. La historia podría empezar así: Después de 17 años de desenfrenos urbanísticos, chistes soeces y desprecio democrático.....el cambio seguirá consistiendo en sonreir, en recuperar la ciudad para nosotros, en acentuar el protagonismo de los ovetenses. Esa es la demanda

1 comentario:

factoria7gritos dijo...

El gesto de la ceja ^ va a ganar las elecciones. Hasta ahora faltaba algo de alegría de campaña pero este gesto es divertido, engancha mucho y genera complicidad.