Al igual que los hombres de las cavernas pintaban hace 50.000 años bisontes y rinocerontes, creyéndolos investidos de una especie de magia que les retrataba como “seres superiores”, el Presidente de la SOF, anda estos días, luciendo el pecho de una programación festiva que él mismo hizo a gusto del Alcalde o que el Alcalde hizo a su gusto sin contar con Felechosa, que total es lo mismo.
Dice quien ejerce de Concejal de Cultura que la prueba “del nueve” del éxito de las fiestas es que “ la gente se lo pasó bien” y evidentemente resulta difícil discrepar de tan rotunda conclusión y si acaso añadir, que hace mucho tiempo que la gente de esta ciudad ha aprendido a divertirse sin mirar de reojo ni al Alcalde ni al Concejal de turno, es más, hace tiempo que esta ciudad ha aprendido a vivir sin Alcalde y sin Concejal de turno.
Lo que discutíamos antes de ayer, era más bien la razón por la cual, cuando uno tiene dos millones de euros públicos para invertir en unas fiestas y cuando sabe que cuenta con la complicidad explícita de una ciudad entera, no es capaz de dibujar otra cosa que bisontes y rinocerontes.
No lo digo tanto por lo que se programó – que bien programado está- sino por aquello que se olvidó, que es de nuevo lo que tiene que ver con las familias con niños, con la expresión de los jóvenes, con esa normalidad de quien demanda una programación teatral que tenga algo más que chistes sobre “tetas y culos” , o quien entiende que Oviedo bien podría ser, con estos mimbres, una referencia festiva en el final del verano de una capital autonómica en pleno siglo XXI. Si el Concejal de Cultura fuera capaz de llegar un poco más allá de los gustos de nuestro señor Alcalde, tal vez encontraría esa piedra filosofal que parece que se le escapa y que no es otra cosa que imaginación, independencia y profesionalidad.
Pero muy lejos de eso, se dedica quien firma las fiestas, a explicitar obviedades tales como autoproclamarse más “popular que brillante”, cuando es bastante conocido que ambas cosas son evidentes: la primera por el partido a quien sirve, la segunda por la que demuestra día a día.
En cualquier caso y una vez que Gabino de Lorenzo ha reivindicado la autoría personal de la programación, resulta bastante absurdo que se enfade Arias-Cahero por ofensa alguna a una inteligencia que sobra a esta ciudad y falta a quien ignora que existe un Oviedo más joven y más moderno que su Alcalde. Ya veremos como va
Manuel Angel Rodríguez
Concejal del Grupo Municipal Socialista de Oviedo
viernes, 25 de septiembre de 2009
martes, 22 de septiembre de 2009
Un bigote nuevo para mateín.
Con permiso de mi buen amigo "alf, el de Margen"- que es mateín-, yo creo que escuchados todos los públicos y desechados todos los extremos, a este San Mateo nuestro tan popular y curioso, le falta a estas alturas del nuevo siglo un poco más de ambición, un símbolo de modernidad que ponga a los gestores de esa "antigualla" llamada SOF, a la altura que tiene la gente de la ciudad.
A pesar de todo aquel "rollo" de austeridad tantas veces repetido, lo cierto es que tenemos un par de millones de euros para San Mateo. Tenemos también la complicidad de media ciudad, porque pase lo que pase, y llueva o no llueva, San Mateo lleva 20 años siendo esencialmente una fiesta popular. Tenemos una relación especial con la calle y sobre todo con el "casco histórico" repleto de chiringuitos y músicas...y ¿ por qué entonces seguimos teniendo la sensación de que a esta capital de Asturias, que tiene como pesar o como ventaja, cerrar el calendario festivo del norte de la península, le sigue faltando el liderazgo de una programación que deje de una vez ya de ser el complemento de los chiringuitos?.
Si no es por dinero ni es por falta de gente ( no hay concierto alguno que no llene en la Catedral) ¿ qué es?. Pues repasando los debates mediáticos que hemos mantenido hasta la saciedad, sigo creyendo que entre la imaginación ( virtud que sería valorable en los tiempos que corren) y la ambición de ciudad (que sería políticamente recomendable), se intercala o traduce algo tan simple, pero tan precioso en Oviedo como es la profesionalidad. Si todo es hoy profesional ¿ no deben serlo también los responsables de una programación festiva que más allá de gestionar dos kilos de nuestros recursos, son la imagen de Oviedo hacia el exterior?.
Pues a eso vamos, Concejal de Cultura, no se pueden gestionar las fiestas de una ciudad de 220.000 almas desde el gusto personal del despacho del Alcalde, ni desde el agradecimiento interesado de quien no tiene más mérito que ser amigo desde el siempre. Oviedo te ha demostrado ya que merece otra cosa
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