jueves, 28 de noviembre de 2013

DECLARACIÓN INSTITUCIONAL. COLECTIVO DE LA MADREÑA Como es conocido por el conjunto de la ciudadanía y los medios de comunicación, hace algo más de dos años que comenzaron las actividades del Colectivo La Madreña, en las antiguas instalaciones de la Consejería de Sanidad en la Calle General Elorza. El espacio pertenece a la empresa SEDES, lo que ha provocado situaciones irregulares de las actividades en el edificio. El Pleno del Ayuntamiento de Oviedo desea una pronta solución al conflicto planteado. El Pleno del Ayuntamiento de Oviedo, conoce y respeta las actividades del colectivo La Madreña e insta a las partes a trabajar en las medidas precisas para encauzar la situación en que se encuentra en este momento el centro. Oviedo, 26/11/2013

miércoles, 28 de agosto de 2013

Bailad separados (I)

Marcos es un hostelero del barrio de Teatinos. Hace cuatro años se le ocurrió una idea para relanzar su negocio que consistía en poner una carpa y organizar una jornada gastronómica del pulpo, tan sólo un día, el último día de agosto. Este año, por vez primera, el Ayuntamiento de Oviedo le negó la licencia para organizarlo. En una resolución sin firma alguna se le comunica que su idea perjudica “los intereses de los establecimientos hosteleros de la zona”. Todo el barrio y él mismo saben de sobra que los intereses a los que estorba tienen que ver con el representante en el barrio de un determinado “lobby” hostelero. Lo que ocurre es que, quien se lo niega, dice representar, sin firma en el Ayuntamiento, a toda la ciudadanía.

A Marcos no le dejan poner una carpa en Teatinos el 30 de agosto, pero el presidente del “lobby” quiere poner en medio del Paseo de los Álamos 13 carpas y jaimas con camareros de pajarita y cortadores de jamón. Es la gran idea que va a revolucionar las fiestas de San Mateo, un negocio que llevan adelantando por ahí desde hace tiempo, pero que no han presentado en ningún sitio real. El Paseo de los Álamos es un espacio público pero no han pedido licencia. Las fiestas de San Mateo cuestan 1.200.000 euros que pagamos entre todos, pero ellos dicen que tienen derecho a cobrar, no a pagar. Quieren ser el centro. Los de las barracas (que también son empresarios) quieren estar en la Losa y no les dejan, pero a Almeida el Alcalde lo quiere en el centro.

Nos oponemos. Preguntamos ¿qué aportan a las fiestas?, ¿en razón de qué decreto tienen derechos y otros no? Y el tal Almeida sale dando lecciones de cómo deben organizar los ovetenses las fiestas que sufragamos. El resto ya lo sabéis; un periódico local considera tal cosa una guerra “entre la izquierda y los hosteleros” (así se sigue titulando en esta ciudad aún) y después vienen los apoyos y las indignaciones y supongo que cada cual defiende a los suyos como siempre. Y no es lo mismo ser el presidente de una asociación en cuya directiva hay apellidos tan ilustres como García Vigón o Pérez-Espinosa García Lobón, entre otros, que ser el hijo de un electricista de Langreo que para mayor estigma es concejal socialista.

 La verdad es que siento haberos llevado hasta aquí para al final contaros que el episodio relatado es, en mi opinión, una insignificante anécdota protagonizada por un insignificante personaje que sólo esconde o pretende esconder lo que personalmente me escandaliza más: el extraordinario maridaje que se consolida en el Oviedo de Caunedo entre el negocio de los “allegados” y el interés público; el tiempo en que aparecen emprendedores escondidos que sólo disparan cuando hay dinero de todos y el espacio privilegiado de unos pocos que aspiran a ser los representantes escondidos de todos.

Y siendo cierto que todos estos también gritaban igual que nosotros “ Gabino ha terminado tu tiempo”, ahora sabemos que había en sus motivos más intereses que valores, más conspiración que valor. Esos que algunos retratan como los intrépidos muchachos que construyen caminos nuevos- así se escribe en esta ciudad aún…- son los que están a punto de saquear en conjunto, no ya sólo los recursos públicos de una fiesta de la ciudadanía, su espíritu mismo y su lógica. Os lo contaré… si tenéis la paciencia de seguirme.

martes, 19 de febrero de 2013

Pedro Bastarrica

Pedro Bastarrica, no fue sólo el batería de “Los Archiduques” y un destacado productor con notable influencia en un innumerable número de grupos legendarios de nuestra ciudad. Es también y hoy, el nombre de un espacio de músicos jóvenes, de creación nueva que lleva cerrado desde casi año y medio.


Es por tanto, la historia de un Centro que albergó la única iniciativa municipal dirigida especificamente a los creadores jóvenes de la ciudad. A través de talleres, de locales de ensayos y de grabación, configuró el único punto que hizo ciudad de un sinfín de grupos diferentes que tocaban música distinta y hablaban el lenguaje común de haber vivido, creado y educado en la misma ciudad.

Desde el punto de vista administrativo, es la historia de una chapuza más del Equipo de Gobierno. Una chapuza que empezó una adjudicación de un contrato por el Ayuntamiento de Oviedo que data del 27 de septiembre de 2011 para arreglar las cercanas instalaciones de “los albergues”. Se habla entonces de una posible baja temeraria de la empresa contratada y termina con una obra que acabó inundando el Centro Bastarrica y cerrándolo definitivamente hasta hoy.

Por el medio hay una autorización para cambiar el sistema de impermeabilización propuesto y una recepción prematura de la obra por parte del Ayuntamiento. En lo esencial se ponen de acuerdo las dos ambiciones que gestionaron esta administración pública durante años: la de seguir inaugurando a pesar de todo y la de forzar los precios más bajos posibles: el resultado lo vemos en este espacio para jóvenes, pero también en los nuevos campos de “La Pixarra”, en el “Talud de la Ería” y en tantas cosas que vivieron flotando sobre una crisis que ni parecía afectar al Alcalde de entonces, ni por lo visto incomodar a su Equipo de Gobierno, que no deja de ser el actual Equipo de Gobierno.

De lo que estoy seguro es que si no fuera porque un grupo de jóvenes han decidido organizar una concierto reivindicando la reapertura del centro, hoy nadie se preocuparía ni acordaría de este espacio. Lo sé, porque hace ya dos meses, pregunté en la Comisión correspondiente y la Concejala afirmó que ni tenía plazos ni alternativas, que sólo pondría en marcha el Centro cuando resolviese la destacada “maraña” legal que propició aquella chapuza.

Lo que creo que no entendió el Alcalde “tuietero” y su Equipo es que el Centro Bastarrica era algo más que un servicio público destinado a unos “chavales” que hacían música. Era sobre todo el espacio en el que creció, contactó y se influyó mutuamente una generación entera de músicos jóvenes que veían con estupor y frustración que iban siendo conocidos y apreciados en muchas ciudades, pero incapaces de reivindicarse y expresarse en la suya propia.

Su historia, no es sólo la historia de una chapuza más, sino la profunda orfandad de una gestión municipal que durante años fue incapaz de resolver el dilema entre descanso de vecinos y actividad cultural, de una inercia que olvidó, obvió y temió la expresión libre de la gente más libre y que al mismo tiempo que presumía de gastar traer a Arturo Fernández por cien mil euros públicos, negaba y negó una batería, un teclado o una guitarra para que los más jóvenes ovetenses den unos primeros pasos, que eso sí, cuando acaben llegando a Eurovisión les cederemos unos locales públicos y los recibirá el Alcalde en sede municipal. Y sino, al tiempo.

lunes, 18 de febrero de 2013