miércoles, 18 de noviembre de 2009

Chano


Me ha costado un tiempo escribir sobre Chano.

Se nos ha ido uno de esos hombres de mirada lista, de vocación humilde, de silencios aclaratorios, de trabajo honrado.

Ajeno a ese Oviedo del poder que siempre opina sin conocer y que siempre presume de lo que no tiene, Chano sentía su barrio y su ciudad desde la lógica de un permanente rencuentro con la ciudad viva. Ni entendía ni quería entender de ninguna otra cosa que no fuera de soluciones a problemas concretos, a sitauciones cotidianas.

Desde la primera vez que le vi, cuando sentando en una cafetería del barrio me habló de su proyecto de volver a crear la Asociación San Francisco Javier de la Tenderina, hasta la última en que me mencionó la boda de su hija, la palabra que siempre tenía en la boca es ¿cuando?. ¿ Cuando vamos a registrar juntos la asociación?, ¿ cuando venís a hacernos una visita ? ¿ cuando se va a resolver ésto o aquello?. Nunca parecía querer saber el cómo ni el porque, sólo el cuando, como si el tiempo fuera un enemigo de la gente humilde, de aquellos que sólo precisan que les arreglen una calle, les resuelvan un alquiler o les respondan a un papel...de todas esas cosas nunca sabe el Oviedo del poder, de todas ellas hablan siempre los ovetenses que quieren a su ciudad.

Un día antes de su muerte el Oviedo del poder estaba en el funeral de un prohombre. El Oviedo real estuvo sin embargo aquella tarde en la Tenderina.

Gracias Chano...hasta cuando quieras.