Se “tronchaban “ de risa, los concejales gijoneses que aún le quedan al Partido Popular, cuando el pasado día 29 de diciembre y en la Casa Consistorial de la ciudad vecina, el Alcalde de Oviedo relataba con humor “Arturo Fernández” que había tenido que madrugar aquel miércoles de diciembre para ir a la peluquería y estar presentable en el tradicional brindis navideño con las Alcaldesas de Gijón y Avilés. No eran, sin embargo, caras risueñas sino más bien de incredulidad las que teníamos los componentes de la Corporación ovetense de cualquier signo político al comprobar que mientras todos nosotros y nosotras habíamos celebrado a las ocho de la mañana de aquel día un Pleno Extraordinario y Urgente al que nos había convocado un señor que en ese momento estaba, al parecer, en la peluquería de Ramiro.
Eso fue el día 29, pero salvo que los asuntos peluqueros del Alcalde necesiten segunda vuelta, al día siguiente y en víspera del fin de año, tampoco consideró prudente el Alcalde presidir la Junta de Gobierno Municipal y pese a conocer que no puede delegar tales funciones, fue incapaz de encontrar en su apretada agenda los exactamente 10 minutos- según consta en el acta oficial- que duró la sesión del gobierno local, exponiéndose y exponiéndonos a una posible nulidad de sus acuerdos. Ese es el interés y el compromiso que le queda a Gabino de Lorenzo con una ciudad de la que oficialmente lleva siendo Alcalde desde hace 20 años.
Un Alcalde que no asiste a los debates plenarios de su Corporación, que no preside las reuniones de su propio Gobierno, que no se expone jamás a las preguntas de los medios de comunicación y no digamos de la ciudadanía y que hasta las inauguraciones las hace en la intimidad con acompañamiento exclusivo de fotógrafo para el “periódico de la casa”, ¿ realmente es en realidad un Alcalde?. Yo creo que sólo con seguir la actualidad política de la Comunidad Autónoma llegaremos todos a la conclusión que lo único que apasiona en este momento a De Lorenzo es la ardua conspiración, la grotesca escalada de adjetivos y de tonos y el “cosquilleo” de vendetas y venganzas que se dirimen en el seno popular de su partido y en los aledaños recién creados.
Nada tendríamos que oponer a ese especie de juego de jubilados aburridos al que tienen derecho, sino fuera que la tropa que lidera el Alcalde ovetense se compone casi exclusivamente de recursos públicos de la ciudadanía, se envuelve en banderas que no le pertenecen y se parapeta en despachos, asesores y decisiones que los ovetenses le prestaron, no para vencer sus propios complejos, sino para ganar nuestro futuro. Todo ello cuando arrecia una crisis que a base de culpar a Zapatero, no parece incumbirle ni particularmente afectarle.Ese es el modelo PP frente a la crisis.
Si después de haber menospreciado sus propios plenos, diciendo que “su papel estaba en las Juntas de Gobierno” ¿ qué vacante, ausencia o enfermedad justifica su ausencia también de esa indelegable función? ¿ qué actividad municipal había en la ciudad el día 30 de diciembre que impedía la presencia del Alcalde en su papel más auténtico?. En la ciudad ninguna, en Madrid, ese día Rajoy nombraba a “Fernández-Espinosa” candidata asturiana del partido de Gabino y ¿ qué actividad había el día 16 del mismo mes en que ni él, ni la candidata “Fernández” acudieron a la reunión del Gobierno?, ninguna tampoco, pero en Zaragoza había una convención del PP en el que sí estaban ambos.
Y así hasta ocho indelegables presidencias en que el Alcalde se ha evitado tener que aprobar desde la Oferta Pública de Empleo de 2011, hasta las adjudicaciones del servicio de Ayuda a Domicilio.
Ni es una cuestión de forma ni es sólo un debate jurídico, es en realidad una obscenidad imperdonable e incomprensible. A veces, convertimos en escándalos y en debates interminables asuntos tan manidos, falsos y falseados como las retribuciones de los políticos o su dependencia económica de los puestos de elección directa y sin embargo no creo que haya nada más intragable para un ciudadano que el desinterés hacia sus asuntos de aquellos que, cuando se presentaron a las elecciones se comprometieron sobre todas las cosas y esencialmente a comprometerse con el interés común y a hacerlo en el nombre del conjunto de la sociedad.
Para jugar a tortazos en la prensa con los viejos amigos, puedo uno fundar una “Sociedad de amigos de Gabino”, pero sinceramente creo que Oviedo no merece ni puede permitirse seguir siendo una ciudad sin Alcalde y a poco que lo tendamos, en menos de seis meses deberemos lograr que De Lorenzo sea un Alcalde sin ciudad.