Si mi memoria no me traiciona el primer disco de Ilegales que compré, siendo casi un niño, fue “Agotados de esperar el fin”-me lo regalaron en un cumpleaños- y creo que corría el año 1984. Así que resulta bastante inútil para alguien que como yo, circula en la primera tanda de los cuarenta, le recuerden los casi cuarenta años que lleva Jorge Martínez en los escenarios . Es más, podría decirse que estoy encantado, que aunque sólo sea por la vía de la polémica pública, haya contribuido uno, modestamente, a incrementar el número de copias del disco del nuevo proyecto “ Jorge Ilegal y los magníficos” – cuando lo saquen a la venta, claro-.
Pero los Ilegales, que yo sepa, no tocan en San Mateo y lo que se discute aquí ni siquiera tiene que ver con la calidad musical del grupo, ni si figura en él Juan de Lorenzo o “Pitingo”, por poner un ejemplo. La cuestión es más sencilla: la ciudad de Oviedo destina 15.000 euros más IVA a la actuación de un Grupo que- al margen de la nostalgia de cuarentones, entre los que me encuentro- resulta ser un grupo nuevo, al parecer surgido de un nuevo proyecto. Y perdonen ustedes si resulto ser un “tacaño”, pero en la medida que uno sufraga – igual que todos los ovetenses- tal lanzamiento al espectáculo, claro que es cosa mía. Es cosa de todos, en realidad, y sobre todo cuando a quien hemos delegado las altas funciones de velar por la gestión de nuestros recursos públicos, hace tiempo que nos ha dicho que este año “toca apretarse el cinturón”, que no hay programación para tanta fiesta, que a la Pantoja la traemos por la gracia de Dios- o del Alcalde- y que el PP no tiene artistas entre ceja y ceja y de tanta pluralidad acaba de salir como de la nada un estupendo grupo en el que toca un fisioterapeuta, “magníficamente” elegido para un fin tan noble, que aunque casualmente sea hijo del Alcalde del mismo Ayuntamiento que le contrata, mencionarlo sólo, resultaría miserable.
Ni he dicho que los 15.000 más IVA, sean mucho, poco, ni siquiera todo lo contrario, ni he contradicho la doctrina sobre la popularidad del líder de la banda. Y aunque me gustase entrar en más honduras, la responsabilidad que me toca- guste o no- es la de aclarar los criterios que se usan con fondos públicos y fiscalizar el destino de esos fondos.
Si fuera así, no tenga duda que le aplaudiríamos con las orejas y si no, considere legítimo que alguien pueda pensar que tal vez haya influencias paternas en la elección de los grupos, como evidentemente las hay en otras áreas de su gestión.
Y bien que lo siento, Jorge, pero de esta cuestión tu no eres el responsable. Forma parte de otros tiempos…más salvajes.
Pero los Ilegales, que yo sepa, no tocan en San Mateo y lo que se discute aquí ni siquiera tiene que ver con la calidad musical del grupo, ni si figura en él Juan de Lorenzo o “Pitingo”, por poner un ejemplo. La cuestión es más sencilla: la ciudad de Oviedo destina 15.000 euros más IVA a la actuación de un Grupo que- al margen de la nostalgia de cuarentones, entre los que me encuentro- resulta ser un grupo nuevo, al parecer surgido de un nuevo proyecto. Y perdonen ustedes si resulto ser un “tacaño”, pero en la medida que uno sufraga – igual que todos los ovetenses- tal lanzamiento al espectáculo, claro que es cosa mía. Es cosa de todos, en realidad, y sobre todo cuando a quien hemos delegado las altas funciones de velar por la gestión de nuestros recursos públicos, hace tiempo que nos ha dicho que este año “toca apretarse el cinturón”, que no hay programación para tanta fiesta, que a la Pantoja la traemos por la gracia de Dios- o del Alcalde- y que el PP no tiene artistas entre ceja y ceja y de tanta pluralidad acaba de salir como de la nada un estupendo grupo en el que toca un fisioterapeuta, “magníficamente” elegido para un fin tan noble, que aunque casualmente sea hijo del Alcalde del mismo Ayuntamiento que le contrata, mencionarlo sólo, resultaría miserable.
Ni he dicho que los 15.000 más IVA, sean mucho, poco, ni siquiera todo lo contrario, ni he contradicho la doctrina sobre la popularidad del líder de la banda. Y aunque me gustase entrar en más honduras, la responsabilidad que me toca- guste o no- es la de aclarar los criterios que se usan con fondos públicos y fiscalizar el destino de esos fondos.
Si fuera así, no tenga duda que le aplaudiríamos con las orejas y si no, considere legítimo que alguien pueda pensar que tal vez haya influencias paternas en la elección de los grupos, como evidentemente las hay en otras áreas de su gestión.
Y bien que lo siento, Jorge, pero de esta cuestión tu no eres el responsable. Forma parte de otros tiempos…más salvajes.