viernes, 12 de marzo de 2010

Un minuto de pie


Expresábamos ayer mismo nuestra opinión sobre el conjunto de sonrojantes episodios que, protagonizados por el Alcalde, dieron al traste finalmente con la candidatura asturiana a la Capitalidad Europea de la Cultura.

No voy a repetirme aquí, porque además estoy seguro que seguiremos hablando de este tema en los próximos días, sólo quiero recordar que más allá de la potencialidad económica, promocional, cultural y social que hubiese tenido para Oviedo la posibilidad de haber sido capital europea de la cultua en 2016, lo que ha "matado" ayer Gabino de Lorenzo es mucho más que eso, probablemente una idea de como gestionar la creación cultural en Asturias y esencialmente una idea de Asturias que revalorizaba y creía en Oviedo como capital y corazón de nuestro dinamismo cultural.

Pero hay alguna cuestión paralela a los acontecimientos de todos conocidos, en la que si quiero hacer hincapié esta mañana: ¿ dónde situamos cada uno de nosotros el límite de nuestra propia dignidad en el ejercicio de la responsabilidad pública?

Para quien aún no lo sepa, el movimiento sísmico-político que origina el hartazgo de todas las administraciones comprometidas con la candidatura, comienza con una desautorización expresa de un Concejal delegado de Cultura, sigue con una desautorización de todas las propuestas realizadas por el mismo Concejal y termina con una ridiculización manifiesta del mismo político a quien se sustituye literalmente por el jefe de prensa del Alcalde, que por lo que pudimos entender tenía como único objetivo "colocar a unos cuantos amiguetes" en el asesoramiento de la candidatura.

¿ Qué debe hacer Arias-Cachero cuando los suyos propios le retuercen de esta manera y le pasean por el fango?. No seré yo quien se lo diga, porque tiene que ver con algunos valores de estricta observanza personal y que simplemente se tienen o no se tienen.

Evidentemente que "Felechosa" no es el primero ni será el último a quien el Alcalde de Oviedo zarandee para mayor gloria de su leyenda y evidentemente que cuando este Concejal aceptó ir en las lista que iba, sabía o debía saber las cambiantes costumbres de su jefe, pero es que resulta que por delegación o no, sigue siendo aún el máximo responsable de la política cultural de esta ciudad, ¿ se merece la ciudad semejante cuestión?.

Recuerdo que el último Pleno lucía, Cachero en su asiento una bandera de cuba a media asta y dado que tan sensibilizado parecía entonces estar con la causa cubana, seguro que no le molestará que le recuerde una cita de un cubano de pro, José Martí, que decía ya hace un montón de años " que vale más un minuto de pie que una vida de rodillas".

Seguramente dimitir cuesta poco más de un minuto en estas circunstancias.

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