A pesar de las recientes declaraciones de Gabino de Lorenzo según las cuales, la ruptura interna del Partido Popular y la consecuencia inmediata de la creación de un partido a imagen y semejanza de Alvarez Cascos, no era otra cosa “ que un grano que nos ha salido sin repercusión electoral alguna”, hay miedo, mucho miedo en las filas de un Equipo de Gobierno acostumbrado desde siempre a ser un edificio monolítico y vertical en el que no se movía ni el aire.
Es muy posible que el anterior Concejal de Cultura, José Suárez Arias-Cachero se hubiera ido antes de que tuviera la necesidad de cesarle, pero no bastaba para conjurar el pánico la pérdida de un Concejal que llevaba bastante tiempo alejado de cualquier mayoría y de cualquier gestión. Hizo falta que Caunedo se pusiera en evidencia reconociendo una suerte de corrupción a pequeña escala de la que al parecer nadie se había enterado hasta que el susodicho se torció a las filas del casquismo militante. El último episodio del ordenador extraviado o robado, no añade otra cosa que vileza y tontería al diseño de un mensaje que parece un conjuro contra el miedo creciente.
A Carmen Manjón en cambio, ya le habían reprimido antes. Desvestida de cualquier participación directa o indirecta en la gestión municipal la convirtieron en Concejala a la deriva, sabedores probablemente que la edil “ágrafa pero no ígrafa “ tenía criterio propio sobre su orientación militante. Luego llegó el turno de los Alcaldes de Barrio; a Ramón del Fresno pasaron de aplaudirle “con las orejas” a descubrirle otra pequeña debilidad semicorrupta, por la que se le aparta precisamente cuando el anterior Alcalde de bario de El Cristo, se le ocurrió invitar al innombrable a su territorio. El mensaje es doble en todos los casos: a los militantes indecisos se les enseña el precio que costará su deslealtad, al resto de ciudadanos parecen decirnos que sólo en la despedida se conocen y combaten presumibles irregularidades , el resto pueden estar tranquilos con consignaciones o sin ellas de la deuda de Villa Magdalena.
Este camino de represión llega ahora y también a nivel de funcionarios públicos. No se si recuerdan que en estas mismas páginas delataba uno y denunciaba también el escaso pluralismo y relevancia de aquel movimiento de notables que trataba de llevar a nuestra ciudad a la cima de la Capitalidad Europea de la Cultura en el año 2016. En aquel escrito titulado “ la candidatura de Rodolfo Sánchez”, citaba entre otros al funcionario municipal Juan Vega – que por cierto me costó una pequeña reprimenda telefónica del aludido- pero como fuera que aquello fracasó estrepitosamente, ahora ya se puede arrugar el papel y tirarlo a la papelera, eso sí, sin responsabilidad alguna y de nuevo para el jefe de la banda. La culpa de todo aquello va a acabar teniéndola Juan Vega que por casualidad también ha decidido moverse de las filas monolíticas y verticales.
A Juan Vega le han despojado de funciones, puesto y categoría y lo han hecho para ejemplo de díscolos y dubitativos, pero para engorde también de leales firmantes de expedientes de Alcaldía que siguen y persiguen toda una carrera funcionarial a la vera de la hasta ayer invencible mayoría. Resulta extraño que el “periódico líder” que lleva meses en permanente cruzada contra nombramientos de altos funcionarios de otras administraciones, no haya reparado en el permanente “digitalismo” de los destinos habituales de esta “santa casa” que tan bien conocen.
Ese es el trato y el estilo que promueve el pánico en los tiempos del final de ciclo. Hablo sólo de los cercanos y amigos claro, porque a los que estamos fuera de semejante y obsesivo círculo, el tratamiento está grabado en letras rojas en las escaleras del portal de ese agente de nuestra Policía Local que se atrevió a recurrir las órdenes de sus jefes y de paso a militar en un sindicato de izquierda.
Pero como dicen que todo el mundo acaba recogiendo justamente aquello que siembra, me gustaría terminar animando a nuestros trabajadores y trabajadoras del cuerpo policial, porque si la lógica del pánico continúa hasta mayo, la pregunta sería ¿ quien será el siguiente discrepante en caer? ¿ no han reparado que últimamente la Policía Local acaba teniendo todas las culpas de los desaguisados municipales?...pues eso…o tal vez no, depende de las balas que guarde cada cual
Es muy posible que el anterior Concejal de Cultura, José Suárez Arias-Cachero se hubiera ido antes de que tuviera la necesidad de cesarle, pero no bastaba para conjurar el pánico la pérdida de un Concejal que llevaba bastante tiempo alejado de cualquier mayoría y de cualquier gestión. Hizo falta que Caunedo se pusiera en evidencia reconociendo una suerte de corrupción a pequeña escala de la que al parecer nadie se había enterado hasta que el susodicho se torció a las filas del casquismo militante. El último episodio del ordenador extraviado o robado, no añade otra cosa que vileza y tontería al diseño de un mensaje que parece un conjuro contra el miedo creciente.
A Carmen Manjón en cambio, ya le habían reprimido antes. Desvestida de cualquier participación directa o indirecta en la gestión municipal la convirtieron en Concejala a la deriva, sabedores probablemente que la edil “ágrafa pero no ígrafa “ tenía criterio propio sobre su orientación militante. Luego llegó el turno de los Alcaldes de Barrio; a Ramón del Fresno pasaron de aplaudirle “con las orejas” a descubrirle otra pequeña debilidad semicorrupta, por la que se le aparta precisamente cuando el anterior Alcalde de bario de El Cristo, se le ocurrió invitar al innombrable a su territorio. El mensaje es doble en todos los casos: a los militantes indecisos se les enseña el precio que costará su deslealtad, al resto de ciudadanos parecen decirnos que sólo en la despedida se conocen y combaten presumibles irregularidades , el resto pueden estar tranquilos con consignaciones o sin ellas de la deuda de Villa Magdalena.
Este camino de represión llega ahora y también a nivel de funcionarios públicos. No se si recuerdan que en estas mismas páginas delataba uno y denunciaba también el escaso pluralismo y relevancia de aquel movimiento de notables que trataba de llevar a nuestra ciudad a la cima de la Capitalidad Europea de la Cultura en el año 2016. En aquel escrito titulado “ la candidatura de Rodolfo Sánchez”, citaba entre otros al funcionario municipal Juan Vega – que por cierto me costó una pequeña reprimenda telefónica del aludido- pero como fuera que aquello fracasó estrepitosamente, ahora ya se puede arrugar el papel y tirarlo a la papelera, eso sí, sin responsabilidad alguna y de nuevo para el jefe de la banda. La culpa de todo aquello va a acabar teniéndola Juan Vega que por casualidad también ha decidido moverse de las filas monolíticas y verticales.
A Juan Vega le han despojado de funciones, puesto y categoría y lo han hecho para ejemplo de díscolos y dubitativos, pero para engorde también de leales firmantes de expedientes de Alcaldía que siguen y persiguen toda una carrera funcionarial a la vera de la hasta ayer invencible mayoría. Resulta extraño que el “periódico líder” que lleva meses en permanente cruzada contra nombramientos de altos funcionarios de otras administraciones, no haya reparado en el permanente “digitalismo” de los destinos habituales de esta “santa casa” que tan bien conocen.
Ese es el trato y el estilo que promueve el pánico en los tiempos del final de ciclo. Hablo sólo de los cercanos y amigos claro, porque a los que estamos fuera de semejante y obsesivo círculo, el tratamiento está grabado en letras rojas en las escaleras del portal de ese agente de nuestra Policía Local que se atrevió a recurrir las órdenes de sus jefes y de paso a militar en un sindicato de izquierda.
Pero como dicen que todo el mundo acaba recogiendo justamente aquello que siembra, me gustaría terminar animando a nuestros trabajadores y trabajadoras del cuerpo policial, porque si la lógica del pánico continúa hasta mayo, la pregunta sería ¿ quien será el siguiente discrepante en caer? ¿ no han reparado que últimamente la Policía Local acaba teniendo todas las culpas de los desaguisados municipales?...pues eso…o tal vez no, depende de las balas que guarde cada cual