De un plumazo, en pleno mes de agosto y sin demasiados miramientos, el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Oviedo ha cerrado desde hoy Radio Vetusta, después de 13 años ininterrumpidos de emisión a razón de unas 8.000 horas al año de producción propia.
Conozco bien el tipo de relación que se produce entre un comunicador de radio y un oyente. Yo he sido siempre muy de radio y más allá de la información, el entretenimiento y los valores, la voz de la radio se convierte para muchos de nosotros en una especie de ventana con salida al mundo exterior y al interior. Es la voz que te invita a interiorizar lo que está sucediendo y que sitúa los sucesos en tu propia vida interior.Ningún otro medio tiene tanta fuerza para eso. Yo- que era demasiado niño en la transición y no había nacido cuando emitía radio pirenaica- también recuerdo muchos momentos memorables de la radio. Recuerdo sin ir más lejos aquel 11 M y sobre todo el 12 y el 13. Hubo un momento en que había dos realidades: las que emanaban de mi móvil y de una emisora de radio y las de Urdacci y compañía. Pero recuerdo siempre a la radio conmigo, en los largos días de enfermedad, en los desconsuelos, en las alegrías, en los domingos de fútbol, en las noches de insomnio y Ovnis . La radio parecía ir contigo a cualquier sitio. No hay que sentarse a escuchar la radio. La radio se escucha sola, entra sola.
He recordado todo estos en los últimos días, cuando escuchaba las últimas y tristes emisiones de Radio Vetusta y las protestas de sus oyentes. Pocos o muchos, yo no se cuantos son - el Equipo de Gobierno tampoco, por cierto- pero lo que si se es que nadie pensó en ellos, lo que si se es que quien ordenó y de esta forma el cierre- el Alcalde- sólo pensó en minimizar el coste electoral, ni siquiera el económico.
Podría ahondar más en el caso concreto de Radio Vetusta. En lo que significa en realidad una emisora municipal. En todas esas asociaciones y organizaciones que encontraron la voz en sus estudios o en los profesionales que se formaron en sus talleres, pero ya lo hice en otro sitio. Hoy sólo quería hablar de lo que significa un oyente, aunque sólo sea uno y en lo que significa una radio, aunque tenga pocos oyentes.
Y sí, es verdad, lo adelanto para quien quiera saberlo. Había muchas cosas de su línea editorial que yo no compartía y conozco mucha gente que tampoco las compartía, aunque también debo decir que no conozco a nadie que haya pasado por sus estudios o micrófonos - y por supuesto me incluyo- que no se haya sentido exquisitamente bien tratado. Tal vez por eso la cierran, porque los modos de los que cierran no estaban en línea con los que emitían.
Aunque sólo sea por todo eso, creo que los oyentes de Radio Vetusta bien merecen una despedida en condiciones, algo que supere la letanía de una triste Comisión Plenaria de un 26 de agosto de 2008
1 comentario:
En determinadas ocasiones (por ejemplo cuando Gabino de Lorenzo intentó -sin poder- borrar del mapa al Real Oviedo) me sentí agredido por Carlos Novoa, director bien pagado de Radio Vetusta. Ha habido muchas más ocasiones.
Tambien me sentí agredido por Urdaci en la televisión pública en su momento pero no por una y otra razón se puede desear el cierre de un medio público, incluso aunque fuese deficitario.
Radio Vetusta al igual que en los peores tiempos de TVE o ahora por ejemplo Telemadrid también cumplen un servicio público e incluso a línea editorial se le escapan a veces el control de los contenidos que también son, en muchas ocasiones, de tipo social.
El cierre en sí es vergonzoso y las razones escandalosas. La verdadera crisis que se argumenta como disculpa es la crisis del poder local. Creo que Gabino de Lorenzo, a pesar de sus éxitos electorales o alguna acción positiva que haya podido realizar en su día, nunca estuvo en sus cabales pero ahora...
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