martes, 11 de noviembre de 2008

Apagón democrático en Oviedo


Para quien no se haya creído aún que el Alcalde de Oviedo está convencido de la necesidad de aniquilar toda oposición a su persona, se habrá dado cuenta ahora que ya ni siquiera lo disimula. La reciente decisión - convenientemente anunciada en su periódico oficial- de suprimir prácticamente la totalidad de los medios y recursos de los dos partidos de la oposición, más allá de cualquier otra discusión genérica sobre la labor política, es sobre todas las cosas un intento indisumulado, vil y bastante rastrero de acabar con cualquier posibilidad de crítica, y apagar cualquier voz que pueda molestar el virreinato de un Alcalde, cuya salud mental es cada vez más difícil de defender.
Los ovetenses deben saber que los recursos que utilizan los partidos de la oposición tienen un sentido finalista. Su función está relacionado no ya sólo con el derecho constitucional de fiscalizar y controlar la gestión del Gobierno de turno, sino también de informar a la ciudadanía de propuestas e ideas positivas para la gente. Se utilizan para estudiar y publicitar nuevos proyectos y garantizan algo que nos ha costado tanto conseguir en este país como la pluralidad política, es decir...la democracia.

Precisamente una de las grandezas de esa democracia es que cualquiera de nosotros, sea cual sea la posición económica o la profesión que tenga puede representar a la ciudadanía. Un persona en paro, o un amo o ama de casa, un albañil o un rico, cualquiera puede representarnos en el Congreso o en un ayuntamiento y todos y todas, estemos en la oposición o en el Gobierno, somos y ejercemos como representantes del conjunto de la ciudad y naturalmente la ley prevé que esa representación pueda - como merece la gente- alcanzar a cualquiera y en jornada completa. Cuando esa misma ciudad que te votó, te deja de votar, vuelves a tu profesión de origen, porque eso sí es verdad, la política es siempre una actividad eventual por definición y solo sometida a un único jefe: la ciudadanía.
Todos esos valores son los que siguiendo un camino de inquina verdaderamente patético, se ha cargado el Alcalde de esta ciudad. Puede hacerlo porque tiene una mayoría abosoluta, pero no puede evitar que quienes nos sentamos en esas sillas del Pleno Municipal representemos, igual que él, a los ovetenses y no puede ni podrá evitar que alcemos la voz cuando lo creamos necesario y pertinente.

Este apagón democrático, anunciado en el NODO y aprobado por decreto de un aprendiz de general no es una ofensa a la oposición, no forma parte de un intercambio de golpes político, es en realidad una afrenta a la ciudad, a la convivencia democrática en la misma y a aquellos valores que hicieron grande a nuestra democracia. Que nadie nos engañe e intente generar un debate sobre sueldos...no es sueldo es dignidad lo que nos ha dado la ciudad y lo que no puede quitarnos ningún dictadorzuelo en su particular "otoño del patriarca"

2 comentarios:

factoria7gritos dijo...

Un buen gobierno necesita una buena oposición, si no hay medios para la oposición se deduce que tampoco debe haberlos para el gobierno. Como para el gobierno los hay y muy millonarios, se deduce que el gobierno quiere jugar con mucha más ventaja que la que le otorgan los votos. Por lo tanto hay un mal gobierno.

¿Qué sucede cuando hay un mal gobierno y una buena oposición? Que la oposición se convierte en gobierno. La primavera tiene que llegar.

Daniel dijo...

Los "diferentes caballos" de Gabino de Lorenzo, yo tengo la sensación que se sabia de hace tiempo y no se por que se callo. La corrupción y el clientelismo es el principal problema para la democracia y mirar para otra parte lo agrava. Suerte.