viernes, 6 de febrero de 2009

De Lorenzo y el caballo de calígula.

Comentaba esta mañana un dirigente sindical del Ayuntamiento de Oviedo, que en esta institución se ha llegado a unos niveles de "moralidad", parecidos a aquellos tiempos del Imperio Romano en que Calígula llegó a nombrar cónsul a su caballo.

Seguro que la mera mención del caballo nos llevaría a una asociación de ideas con el actual Alcalde de Oviedo, pero no era de sus caballos de Benia de lo que yo quería hablar hoy, sino de sus nombramientos en el Ayuntamiento que en los últimos tiempos se asemejan más a los devaneos de Calígula, que a los criterios que se esperan de un Alcalde democraticamente elegido.

El regreso del funcionario Agustín de Luis a la jefatura de la Policía Local tiene todos los ingredientes de una provocación consciente, de un enroque imposible y de una inmoralidad pasmosa. Es verdad que el personaje es oscuro de por sí y tiene un pasado de compleja interpretación, pero lo que de verdad resulta incompatible con cualquier cosa que se parezca al sentido común, es el regreso de un "capataz", que después de dejar un rastro de irregularidades, amenazas y conflictos, se escondió cuatro años como asesor del Alcalde, sin actividad ni puesto de trabajo, pero con un importante sueldo.

Ninguna de las circunstancias que en su día originaron su cese han sido aclaradas. Aquella galería de tiro que hizo sin licencia ha terminado en un "pufo" más para el Ayuntamiento. Como si del estribillo de una canción se tratara, aún no sabemos dónde están aquellas 300 balas que compró y como para justificar el lema de " si no quieres taza, toma taza y media", antes de que el Alcalde le nombrara, se encargó él mismo de aclararnos que " él seguía siendo el Jefe".

Se parece mucho a una de esas series de éxito con personajes amorales y ambiciosos que se complican más y más en cada episodio y que no conocen límite alguno en su camino. Siempre reaparecen cuando todo el mundo los da por muertos y siempre desaparecen cuando todo se pone negro.

Sí, estamos en los tiempos de Calígula. Hay quien afirma que el mandato de este emperador fue el principio del fin del Imperio Romano, pero cuidado porque duró aún un siglo más






4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una nueva chulería de don gabinone que va criao, digo, sobrao. ¿Queríais saber dónde está? Ahí lo tenéis. ¿Queríais taza? Taza y media. Lo malo es que ninguna de las irregularidades que cometió se va a aclarar, seguiremos sin saber qué hizo estos cuatro años y ahí lo tenemos de nuevo: en un puesto activo y con tres años por delante para jorobar al personal. Casi prefería que estuviera en casa cobrando por estar callao.

Sergio dijo...

Como Velda no sé si te lee en "feisbuk" te lo repito aquí, Mánuel... Aunque el Sr. Pañeda no lo cite en su inteligente e ilustrado comentario, el asesinato de los césares divinos no consiguió salvar la República. Vinieron emperadores como Nerón y Calígula, sí. También hubo mandatarios excelentes, como el maltratado Claudio, que no sólo no era tonto, como algunos creían, sino que era un hombre muy formado, hábil, y que, virtud de los grandes, supo rodearse para su mejor gobierno de personas más sabias aún que él. Hubo Marco Aurelios, cuyo poso de la gran filosofía heredada de la estoica Grecia hoy no vendría nada mal. Aun con todas, Roma subsistió hasta 476. En Oriente, mucho más, hasta la caída de Bizancio. Yo, que soy radicalmente contrario a la pena de muerte en cualesquiera circunstancias, en cierto momento sería partidario de deponer a Julio en el Senado, e inhabilitarlo de modo vitalicio. De volver al sistema de los dos cónsules bípedos, incluso con la institución de la palabra "dictadura", que, al contrario de las del siglo pasado, sabes bien que era una situación coyuntural en momentos de crisis extrema de consulado unipersonal tremendamente garantista, donde se mantenían la mayoría de las más altas magistraturas, y, siempre, siempre, el propio Senado, acúmulo de la sabiduria de siglos [ si Silvio Berlusconi fuese un dictador de la república de la Roma clásica, hoy el caso Eluana no estaría en el candelero.... el órgano competente tendría la palabra sin posibilidad de triquiñuela alguna por parte del dictador; sin embargo un presidente del consejo de ministros de la república italiana del siglo XXI tiene más margen de actuación que un dictador de los tiempos del SPQR].

Yo firmo , con todo, que nuestra Civilización dure cinco siglos más. Eso sí, creo que el pueblo español es muy sabio y que no está lejos el día en que alguno, al reclamar sus monedas, reciba del pueblo la respuesta que se merecen los que entregan con las peores artes las cabezas de nuestros mejores Viriatos: Roma no paga traidores.

Daniel dijo...

Lo de Oviedo es de pelicula de cine negro, el de Barcelona de los buenos. Gabino de Lorenzo, se encuentra fuerte de nuevo. Que verguenza!

Velda Rae dijo...

Yo no tengo tanta fe como Sergio, la verdad. En el tema Oviedo y su alcalde estoy tan harta de hablar con la gente de todos los motivos por los que deberían dejar de votar a Gabino y escuchar como única mónotona y bordeline respuesta: ¡¡Es que Oviedo está tan guapo!! Cosa que, además, no es cierta. ¿Son guapas las esculturas horteras, las farolas isabelinas (que nos uniforman con cualquier ciudad gobernada por el PP), los edificios históricos derruidos, las losas redecoradas con torres de colores, las aceras asesinas, todos los árboles derribados?

Cuando a la mayoría de la gente lo único que le preocupa es que su ciudad esté bonita y no que el tráfico funcione, existan parkings públicos, viviendas protegidas, cobertura social, gestión transparente, impuestos bien destinados, que cuando un barrio se derrumba los responsables paguen por la chapuza y tantas y miles de cosas más, no acabo de verle el final a este imperio.