Eran exactamente las tres menos cinco de la tarde, cuando Gabino de Lorenzo Ferrera, tomó aire, resopló fuerte y comenzó a esbozar un aliviado discurso de final del Pleno, con el que pretendía concluir ¿ esto es todo?. Le hicimos ver que no, que aún faltaba – como todos los años por estas fechas- el debate sobre la liquidación de las cuentas públicas. Tras reñir a los suyos por tamaño gesto de trasparencia hizo “mutis por el foro” y se fue a comer. Pero el caso es que dos años después de habernos deleitado por última vez con su presencia en un Pleno, volvía el Alcalde en época preelectoral al espacio natural de un Alcalde y todos cuantos no estaban allí, me han venido preguntando estos días, ¿ qué dijo?, ¿ a qué fue? ¿ para qué a estas alturas?.
Lo cierto es que el único mensaje entendible del inusual gesto del regidor, era una especie de “arenga romana” a su propia tropa que básicamente decía “estoy aquí, aún no nos hemos rendido”. El Alcalde no fue al Pleno a explicar Villa Magdalena, ni a pegarse con Rivi sobre los viejos tiempos de Ensidesa, ni a chismorrear sobre el ordenador de Carreño, ni a discutir de números con Paloma Sainz. El Alcalde fue al Pleno para combatir las encuestas, para combatir inútilmente esa imagen de “liquidación por derribo” que puede entreverse en las líneas de los periódicos del último mes, pero que también reflejan los “gurús” de la sociología electoral. La atragantada vuelta al “redil” del Alcalde, no fue sin embargo, el único símbolo del nerviosismo que los dichosos estudios sociales causan últimamente a los supervivientes de la legislatura.
A nadie se le escapa que esa “chapuza” inmensa que protagonizó Reinares con el asunto de los correos robados, no puede ser atribuida al equilibrio que da la experiencia de un “aforado” tan bregado en estas lides. Sería interesante, que aunque fuera a posteriori y en algún libro de memorias, alguien desvelara el pánico y el nombre del “lince”, que le dio en la mano al Diputado aquel tomo de correos y que con una “palmadita en la espalda”, le animó a correr a la sala de prensa- cual si fuera un Assange local- a denunciar una conspiración paranoica de socialistas infiltrados en fiscalías y tribunales. El miedo a perder un sillón ocupado durante 20 años hace estas cosas. Luego están las dudas, los miedos a lo que escondan las alfombras, todo aquello que no queda atado y bien atado cuando ya no operen ni los privilegios actuales ni los respaldos de técnicos y funcionarios. Pero entre todas las pesadillas y deslices que nos faltarán por ver, tengo una cierta curiosidad y algo de miedo a la forma en la que el Alcalde pretenda resolver los evidentes remordimientos que le aterran en el asunto del Real Oviedo. Es difícil que la gente se olvide de repente de que un día no tan lejano el mismo regidor que hoy recibe a empresarios mexicanos-con mesa y mantel de por medio- quiso acabar con el equipo que protagoniza la historia del fútbol en nuestra ciudad. Más difícil aún resulta que nos olvidemos de que en un tiempo aún más cercano, Gabino de Lorenzo fue el respaldo y el referente del supuesto empresario que ha llevado los destinos de la sociedad durante los últimos años, un dirigente que ha conseguido cotas de rechazo difícilmente imaginables.
No seré yo quien critique que en época pre electoral , pretenda el Alcalde desandar lo andado y corregir el daño realizado, pero si es mi obligación como ciudadano y Concejal preguntarme ¿ cuanto dinero más de los 5 millones ya invertidos nos va a costar su rectificación necesaria? Sinceramente si el Alcalde pretende rectificarlo todo, es mejor que se quede con lo de volver a los Plenos….al menos es más barato
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