lunes, 28 de abril de 2008

Las caprichosas contradicciones del ruido


Vaya por delante que no me opongo a ningún festejo, sea cual sea y quede claro que considero que el derecho al descanso de cualquier ciudadano/a debe contar con una privilegiada prioridad para cualquier administración pública. Dicho ésto, el trabajo de compaginar ambas cuestiones en una sociedad moderna, exige, además de mutua comprensión, un cierto sentido de la responsabilidad que sobre todas las cosas huya de oportunismos, demagogias y falsedades.


El pasado 15 de junio, el Alcalde de esta ciudad anunciaba una contundente campaña contra el ruido. Os invito a leer la noticia de entonces, porque se hablaba de " lucha contra la contaminación de todo tipo", de "repercusiones psicológicas en los vecinos" y "del anacronismo que significaba montar escenarios, megafonías etc". En nombre de tan importantes principios, quedaba suspendidas fulminantemente las actuaciones previstas de la Noche de San Juan y se daba al traste con una tradición milenaria en Asturias. La cruzada se llevaba por delante incluso los conciertos del Festival Internacional de Jazz ( a pesar de que la inmensa mayoría de ellos se celebraban en teatros) y puede que también en "ese nombre del padre",los carnavales de este año quedaban reducidos a la mínima expresión.


Ahora bien, los vecinos de Trascorrales ( que se supone que tienen los mismos derechos que los de la plaza de la Catedral), han tenido que soportar durante estos días ( del 23 al 27 de abril concretamente), la música, los zapateos y demás ruidillos de la celebración de la Feria de Abril en Oviedo - fiesta tradicional dónde las haya- que, organizada por una entidad privada, se ha llevado de nuestro maltrecho erario municipal más de 9.000 euros.


Más allá de la irónica constatación de estos hechos, me pregunto ya a estas alturas, ¿ a qué llama ruido nuestro inefable Concejal de Cultura?. Si el sonido de las gaitas en el Fontán no molesta porque es cultura y tampoco lo hace el folclore tradicional andaluz, ¿ Será ruido solamente el sonido demoledor de una hoguera o no lo sería si consigo se llevase la legendaria sabiduría de los libros que custodiaban hasta ahora nuestras bibliotecarias/os municipales?.

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